La Revista TECNOLOGÍA del diario EL ECONOMISTA ha publicado en su sección de la Tribuna el artículo de Julián Gómez con el título de Arquímedes o ¿por qué una bolsa de patatas te hará reducir costes?
Además de recomendaros el artículo, donde queda reflejado como por el hecho de disminuir la tarifa de los proveedores de desarrollo de software no asegura la reducción final de costes, os invitamos a reflexionar acerca de como esto es aplicable a todos los ordenes de la vida: A veces lo barato, sale caro.
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ARTÍCULO
Cada sábado suelo ir al mercado a comprar las frutas y las verduras de la semana. Siempre voy a la misma tienda porque el género que venden es de calidad y, de camino, aprendo mucho de mi frutero. El otro día me contó una anécdota de su hija que ya quisieran haber aprendido muchos CIOs. Es impresionante cómo muchos profesionales con máster y MBA no son capaces de darse cuenta de lo que esta niña hizo de forma espontánea.
Me contaba mi frutero que a su hija le gusta mucho comer y que un día cuando estaban paseando le dijo a su padre: “Papá, cómprame unas patatas fritas”. Él le dio un euro y a continuación observó cómo su hija se dedicaba a revisar los paquetes de patatas uno a uno, elegía uno y le decía a su padre que ese era el que quería. El padre, sintiendo curiosidad por lo que había estado haciendo su hija, le preguntó por qué los había revisado todos. Su hija, con una tranquilidad pasmosa, le contestó que había escogido de entre todos los que valían un euro el que tenía más peso, ya que a ella le gustaban todas las patatas por igual. Es decir, una niña de 12 años se dio cuenta de que la unidad de las patatas fritas es el peso y no la bolsa. Te lo voy a mostrar con más detalle.
Lo importante es el contenido, no el continente
Lo que la niña fue capaz de darse cuenta es que una cosa es el tamaño de la bolsa y otra los gramos de patata que ésta contiene. Por eso, para su presupuesto (1 euro) se aseguró de que la cantidad de producto fuera el máximo.
¿Que era muy fácil? ¿Que lo sabe todo el mundo? ¿Seguro? Una pregunta, ¿lo estás haciendo tú en el desarrollo de software? Veámoslo. En la mayoría de los contratos de software se pone énfasis en la tarifa, en bajar la tarifa, en que cada año se reduzca, en elegir al proveedor con menor tarifa. En el caso de la niña, sería el euro que le dio mi frutero. El problema está en que si cierras tu tarifa por bolsa de patatas te encontrarás con que tu bolsa cada vez pesa menos.
Tarifa ‘versus’ coste del producto
Esto mismo pasa en el mundo del desarrollo del software cuando una compañía firma un contrato de outsourcing y cierra una tarifa que se va reduciendo durante la vida del contrato. Puede encontrarse con la desagradable sorpresa de que en su bolsa haya cada vez menos patatas, es decir, que cada vez le estén facturando más horas para hacer lo mismo que antes, aunque la tarifa de esas horas baje. Por eso, es importante medir el producto, utilizando una unidad estandarizada del producto software, una medida que se mantenga invariable sin depender del esfuerzo, para poder así establecer la tarifa adecuada y evitar el engaño de la bolsa de patatas fritas.
Si me dices que tu tarifa es de 2 euros/h y el año que viene será de 1 euro/h, salvo que la cantidad de producto software entregado sea la misma o superior, no podrás asegurar que realmente estés pagando menos por los desarrollos, realmente no sabrás nada a ciencia cierta. Por eso, necesitas una medida del producto software entregado. Una medida adecuada como le pasó al rey Hierón que tuvo que consultar con Arquímedes.
Arquímedes y la corona del rey Hierón
El rey Hierón le dio un lingote de oro a un orfebre para que le realizara una corona. Cuando la corona le fue entregada, al rey le surgieron dudas sobre si el orfebre habría utilizado todo el oro del lingote o habría sustituido parte del oro por otro metal. Pesó la corona y el peso fue exactamente el mismo que el lingote que le había entregado al orfebre, pero seguía sin fiarse, algo le hacía desconfiar.
Por eso, conocida la fama de los conocimientos y experiencia de Arquímedes, el rey Hierón acudió a él en busca de consejo. Arquímedes, como experto en la materia, sabía que para identificar el metal necesitaba conocer la densidad y así determinar si era oro u otro metal diferente. Como el rey le impidió fundir la corona, Arquímedes se puso a buscar un método alternativo para ello. Mientras se daba un baño y viendo la cantidad de agua que desalojaba su cuerpo al entrar en la bañera, exclamó “¡Eureka!”. Había hallado el método que usaría con la corona. Así pudo confirmar al rey sus sospechas.
Busca ‘tu Arquímedes’
Si estás en el caso del rey Hierón y no sabes cuánta cantidad de producto software estás pagando con tu tarifa, ni sabes realmente si tu coste baja con el tiempo, aunque la tarifa sí lo haga, lo mejor que puedes hacer es buscar a tu Arquímedes. Buscar a alguien experto que te ayude en el proceso de identificación del coste, que te dé la unidad de medida para tu software y que sea capaz de calcularte el coste real de lo que estás pagando y pueda hacerte una comparativa con lo que has estado pagando otros años.
Si sigues bajando la tarifa sin controlar la cantidad de producto, harás como el avestruz: mirar para otro lado. La hija de mi frutero ha sido capaz de darse cuenta, ¿no lo vas a ser tú?
Julián Gómez
Gerente de Productividad de LEDAmc