Julián Gómez nos cuenta en su artículo para elEconomista.es cómo algunas compañías han comenzado a realizar movimientos de reducción de proveedores de software sin contemplar los posibles peligros, es decir van a repartir los desarrollos que necesiten realizar durante los próximos años entre 3 y 5 proveedores seleccionados. ¿Es una buena idea?
Si lo exploramos de forma rápida puede parecer una buena idea, ya que al concentrar en solo unos pocos proveedores se limita el tiempo de gestión de los mismos: no necesitamos el mismo tiempo para tratar con 3 que con 30. Reducimos las líneas de comunicación, reducimos el tiempo dedicado a generar y firmar contratos, a comprobación de KPI, a procesos de compra con departamentos diferentes dentro de la compañía, en definitiva, a eliminar el exceso de administración, pero… ¿Y el coste?
Podemos pensar que el coste se establece de forma óptima durante la negociación de los contratos con estos proveedores de software, ya que son contratos grandes durante varios años, permiten establecer una tarifa baja y listo. Entonces comienzan los problemas.
Existen 3 peligros fundamentales en la reducción de proveedores de desarrollo de software
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